08 de abril
Por la mañana, mi cuerpo tuvo las energías apenas necesarias para retornar a Alsina desde Campana. Me senté en el asiento trasero del auto tal como lo indican los protocolos de seguridad. En la ruta nos detuvieron tres veces: en la subida a Panamericana, en Campana; en el peaje, altura San Isidro; 9 de Julio, a unas cuadras del depto. El viaje fue silencioso; lo agradecí secretamente.
Miré a las cosas que van y vienen: fue la primera vez en mi vida que haciendo embalajes sentí inmensas ganas de llorar.
Desconecté los teléfonos y me quedé bajo las claraboyas viendo la lenta transformación del cielo hasta que fue negro violáceo.
Por la noche hice un llamado breve: posible alta médico entre mañana y pasado.
Miré a las cosas que van y vienen: fue la primera vez en mi vida que haciendo embalajes sentí inmensas ganas de llorar.
Desconecté los teléfonos y me quedé bajo las claraboyas viendo la lenta transformación del cielo hasta que fue negro violáceo.
Por la noche hice un llamado breve: posible alta médico entre mañana y pasado.
09 de abril
Llega la tarde. Extraño mi jardín; el aroma de las flores por la noche, ese momento en que después de regarlas sueltan sus aromas y se mezclan haciendo del jardín un lugar sin lugar, ubicuo, sin arriba ni abajo, sin lados.
Por la mañana miro los verdes. Hay una planta que sigue creciendo; me gusta acariciarla, siempre; verde, tan verde. Al lado de ésta, coloqué una lavanda. Fragancia violeta, verde opaco sus hojas. Amo esa planta.
Bechi me regaló una lavanda, la primera de mi hogar; no sobrevivió. Al tiempo, me di cuenta de que me había enamorado de esa planta; fui al vivero de Serrano y Corrientes y volví con otra. Ahí me hablaron del afuera, de un sol perdurable pero manso. Así fue que esta lavanda comenzó a crecer al lado de la planta que tanto me gusta acariciar.
Extraño el aroma de mi jardín y su movimiento delicado; extraño su noche y sus aromas. Menta peperina, verde sabor amarillo; romero, ajíes tierra; el sonido del agua escurriendo y derramándose, bajando de maceta en maceta.
Ya hay algunas hojas secas. Las que se entreveran con las plantas, las quito; las que se desparraman sobre el suelo, las dejo. El sonido crocante le agrega música al pequeño espacio.
Extraño el aroma, los colores y el sonido del jardín; jardín que fui elaborando como quien escribe sus primeras oraciones, maravillandose frente a un encuentro, un sintagma… Pero he aquí que los significantes son, tal vez, sin reverso.
Me doy cuenta, entonces, que de esto va la ternura: en la capacidad de acompañar el proceso, el desarrollo, el movimiento material, mundano. Y he aquí una pequeña felicidad intransferible.
Por la mañana miro los verdes. Hay una planta que sigue creciendo; me gusta acariciarla, siempre; verde, tan verde. Al lado de ésta, coloqué una lavanda. Fragancia violeta, verde opaco sus hojas. Amo esa planta.
Bechi me regaló una lavanda, la primera de mi hogar; no sobrevivió. Al tiempo, me di cuenta de que me había enamorado de esa planta; fui al vivero de Serrano y Corrientes y volví con otra. Ahí me hablaron del afuera, de un sol perdurable pero manso. Así fue que esta lavanda comenzó a crecer al lado de la planta que tanto me gusta acariciar.
Extraño el aroma de mi jardín y su movimiento delicado; extraño su noche y sus aromas. Menta peperina, verde sabor amarillo; romero, ajíes tierra; el sonido del agua escurriendo y derramándose, bajando de maceta en maceta.
Ya hay algunas hojas secas. Las que se entreveran con las plantas, las quito; las que se desparraman sobre el suelo, las dejo. El sonido crocante le agrega música al pequeño espacio.
Extraño el aroma, los colores y el sonido del jardín; jardín que fui elaborando como quien escribe sus primeras oraciones, maravillandose frente a un encuentro, un sintagma… Pero he aquí que los significantes son, tal vez, sin reverso.
Me doy cuenta, entonces, que de esto va la ternura: en la capacidad de acompañar el proceso, el desarrollo, el movimiento material, mundano. Y he aquí una pequeña felicidad intransferible.
10 de abril
Sobre mis hombros cargué el peso del mundo que construí: lo imaginario enredándose con lo simbólico para entablar lo más sanamente posible alguna relación con lo real, eso que llama a nuestras puertas y nos desborda como la intensidad de un tsunami.
Debajo de mi cuello: el infierno. Cada nervio es una vía dantesca. Seré mi propio Virgilio.
Mi madre se recupera lentamente y aburrida, aún en el sanatorio.
Por la noche, AF comunica que el Aislamiento Social Obligatorio se extiende hasta el 27 de abril.
Debajo de mi cuello: el infierno. Cada nervio es una vía dantesca. Seré mi propio Virgilio.
Mi madre se recupera lentamente y aburrida, aún en el sanatorio.
Por la noche, AF comunica que el Aislamiento Social Obligatorio se extiende hasta el 27 de abril.
12 de abril
Mi madre cumplió años en el sanatorio; no nos vemos desde el 7 de abril. Aquel día vi una imagen que me resultó insoportable, de una carga psíquica equiparable a estar en el centro de un remolino en el que los barcos más heroicos se transforman en nada.
Mi psique doblegó sus esfuerzos y me evitó ser tragado ¿En presencia de que real me había puesto la escena de mi madre transformada en un trozo de carne perforado múltiples veces en distintas zonas? La vulnerabilidad y el juego de amor y desamor; lo que se dice en estado convaleciente y revela los misterios de la génesis, de la génesis personal ligada a las historias del cuerpo ¿Cómo se construye el lenguaje de la ternura? “Hablate con dulzura, má” “No soy tierna” Y era verdad, mi madre podía ser muchas cosas pero no era tierna: era rígida y esa rigidez se había transmitido, como la lengua materna, a sus hijos e hijas. Fue como si tocara una cuerda de mi espíritu; una cuerda muda, hasta entonces, que comenzó a sonar.
El 7 de abril fue la intensidad de la carne y fue la intensidad de estar tan cerca del secreto de una lengua personal. En ese cuerpo fragilizado había comenzado a descomponerse la rigidez “que no me sirvio de nada” y a inventarse un movimiento hacia la ternura vuelta hacia sí mismo: amar el cuerpo propio, acariciar la vida propia. Allí había un claro en mi larga búsqueda, en el incesante tartamudeo que significaron para mí hablar la lengua de la piel.
Hoy, al otro lado del teléfono, mi madre era una voz frágil como un hilo de seda. No hablamos mucho, podía intuir su abulia y ganas de estar en otra parte. Yo estaba cansado.
...
Por la tarde, leí un artículo relacionado a la literatura que se está produciendo durante la pandemia: Coronavirus: matemática del contagio para mantener la calma en medio del caos. El artículo está firmado por Paolo Giordano y es el germen de su libro En tiempos de contagio. En el artículo se explican muy bien algunos conceptos que están puestos a funcionar en los sistemas sanitarios del mundo, tales como el modelo SIR o los ritmos de contagio o “erre sub cero”. Me pareció mucho más interesante que las mega estupideces de Zizek.
...
Se están haciendo muchas reflexiones en torno a la escritura del presente, cómo narrar la Pandemia. Deleuze diría ¿Cómo transformar en percepto aquello donde se posa nuestra mirada? Y yo agregaría ¿Qué es lo que pasa, lo que deviene percepto? A veces tenemos que alejarnos de la inmediatez (como Proust encerrado 10 años en una habitación trabajando minuciosamente su En busca del tiempo perdido) y revisar la narración de otros tiempos que vive en libros, en superficies porosas, frágiles y ardientes (¡¿Cuánto de nuestro pasado ardió en bibliotecas que solo existen, para nosotros, en relatos!? ¿No será Sócrates apenas un relato, una buena invención, de Platón? ¿Y no será esa antigüedad griega una buena invención renacentista?). Alejarse, hacer una pausa. No perder el pulso del mundo (en sus distintas dimensiones, aunque en este caso me refiero a la dimensión social), sino hacer una pausa para componer y pulir (como Miguel Ángel los mármoles o Spinoza los cristales mientras elabora geométricamente su pensamiento); o elaborar los finos hilos con los que vamos a tejer y destejer.
¿Qué narraremos, en todo caso? ¿Una transformación? ¿Lo que había antes y lo que hay ahora? ¿Un thriller psicológico paranoico lleno de teorías conspirativas? ¿El apocalipsis una vez más? ¿La abulia metaforizada en una historia de muertos vivos? ¿O surgirán imágenes poesía que pongan en crisis los géneros a los que estamos habituados? ¿La teoría asumirá su costado narrativo? ¿Habrá personas elaborando las obras que sobreviviran a las épocas como, por ejemplo, lo hizo Dē rērum natūra? ¿Qué es lo que esperamos, lo que estamos esperando para el día después de mañana? ¿Otra vez Godot? ¿De qué va nuestra espera, de que forma lo que esperamos modela nuestra espera, nuestro estar en el mundo, nuestro movimiento, nuestro hacer? ¿Avanza el desierto o elaboramos jardines en la noche? Elaborar no es, en todo caso, finalizar o tener un producto; elaborar es ensayar, garabatear silenciosamente, alimentar el germen y para ello se necesita hacerse el tiempo, bajarse del tren, apagar la TV o bajar la pantalla de la notebook.
Mi psique doblegó sus esfuerzos y me evitó ser tragado ¿En presencia de que real me había puesto la escena de mi madre transformada en un trozo de carne perforado múltiples veces en distintas zonas? La vulnerabilidad y el juego de amor y desamor; lo que se dice en estado convaleciente y revela los misterios de la génesis, de la génesis personal ligada a las historias del cuerpo ¿Cómo se construye el lenguaje de la ternura? “Hablate con dulzura, má” “No soy tierna” Y era verdad, mi madre podía ser muchas cosas pero no era tierna: era rígida y esa rigidez se había transmitido, como la lengua materna, a sus hijos e hijas. Fue como si tocara una cuerda de mi espíritu; una cuerda muda, hasta entonces, que comenzó a sonar.
El 7 de abril fue la intensidad de la carne y fue la intensidad de estar tan cerca del secreto de una lengua personal. En ese cuerpo fragilizado había comenzado a descomponerse la rigidez “que no me sirvio de nada” y a inventarse un movimiento hacia la ternura vuelta hacia sí mismo: amar el cuerpo propio, acariciar la vida propia. Allí había un claro en mi larga búsqueda, en el incesante tartamudeo que significaron para mí hablar la lengua de la piel.
Hoy, al otro lado del teléfono, mi madre era una voz frágil como un hilo de seda. No hablamos mucho, podía intuir su abulia y ganas de estar en otra parte. Yo estaba cansado.
...
Por la tarde, leí un artículo relacionado a la literatura que se está produciendo durante la pandemia: Coronavirus: matemática del contagio para mantener la calma en medio del caos. El artículo está firmado por Paolo Giordano y es el germen de su libro En tiempos de contagio. En el artículo se explican muy bien algunos conceptos que están puestos a funcionar en los sistemas sanitarios del mundo, tales como el modelo SIR o los ritmos de contagio o “erre sub cero”. Me pareció mucho más interesante que las mega estupideces de Zizek.
...
Se están haciendo muchas reflexiones en torno a la escritura del presente, cómo narrar la Pandemia. Deleuze diría ¿Cómo transformar en percepto aquello donde se posa nuestra mirada? Y yo agregaría ¿Qué es lo que pasa, lo que deviene percepto? A veces tenemos que alejarnos de la inmediatez (como Proust encerrado 10 años en una habitación trabajando minuciosamente su En busca del tiempo perdido) y revisar la narración de otros tiempos que vive en libros, en superficies porosas, frágiles y ardientes (¡¿Cuánto de nuestro pasado ardió en bibliotecas que solo existen, para nosotros, en relatos!? ¿No será Sócrates apenas un relato, una buena invención, de Platón? ¿Y no será esa antigüedad griega una buena invención renacentista?). Alejarse, hacer una pausa. No perder el pulso del mundo (en sus distintas dimensiones, aunque en este caso me refiero a la dimensión social), sino hacer una pausa para componer y pulir (como Miguel Ángel los mármoles o Spinoza los cristales mientras elabora geométricamente su pensamiento); o elaborar los finos hilos con los que vamos a tejer y destejer.
¿Qué narraremos, en todo caso? ¿Una transformación? ¿Lo que había antes y lo que hay ahora? ¿Un thriller psicológico paranoico lleno de teorías conspirativas? ¿El apocalipsis una vez más? ¿La abulia metaforizada en una historia de muertos vivos? ¿O surgirán imágenes poesía que pongan en crisis los géneros a los que estamos habituados? ¿La teoría asumirá su costado narrativo? ¿Habrá personas elaborando las obras que sobreviviran a las épocas como, por ejemplo, lo hizo Dē rērum natūra? ¿Qué es lo que esperamos, lo que estamos esperando para el día después de mañana? ¿Otra vez Godot? ¿De qué va nuestra espera, de que forma lo que esperamos modela nuestra espera, nuestro estar en el mundo, nuestro movimiento, nuestro hacer? ¿Avanza el desierto o elaboramos jardines en la noche? Elaborar no es, en todo caso, finalizar o tener un producto; elaborar es ensayar, garabatear silenciosamente, alimentar el germen y para ello se necesita hacerse el tiempo, bajarse del tren, apagar la TV o bajar la pantalla de la notebook.
13 de abril
Llueve. Escucho las gotas de lluvia sobre la claraboya y la playlist This is Arvo Park en Spotify.
Afuera, los árboles ya tienen sus copas amarillas.
Entré a la panadería que está al otro lado de la calle. Sobre los mostradores se alzaban muros de plástico transparente. Cuando apareció la chica sordomuda al otro lado del mostrador, me corrí el barbijo hacia abajo y mirándola de frente, para que me leyera los labios, le pedí 6 panes de salvado.
Las noticias, hoy, no hablaron de ti ni de mí, pero hablaron de la realidad social que, por estos días, tampoco detuvo su transformación: el gobierno de la ciudad de Buenos Aires anunció que se deberá usar, desde el miércoles 15 de abril, "tapabocas" ¿Por qué no decir barbijo? ¿Por qué no decir mascarilla?
Busqué “tapabocas” en MercadoLibre y encontré algunos modelos muy fashion.
Afuera, los árboles ya tienen sus copas amarillas.
Entré a la panadería que está al otro lado de la calle. Sobre los mostradores se alzaban muros de plástico transparente. Cuando apareció la chica sordomuda al otro lado del mostrador, me corrí el barbijo hacia abajo y mirándola de frente, para que me leyera los labios, le pedí 6 panes de salvado.
Las noticias, hoy, no hablaron de ti ni de mí, pero hablaron de la realidad social que, por estos días, tampoco detuvo su transformación: el gobierno de la ciudad de Buenos Aires anunció que se deberá usar, desde el miércoles 15 de abril, "tapabocas" ¿Por qué no decir barbijo? ¿Por qué no decir mascarilla?
Busqué “tapabocas” en MercadoLibre y encontré algunos modelos muy fashion.
14 de abril
¿Alguna vez comprenderé, por la vía del sentir, de qué se trata ese lugar al que hemos dado en llamar “corazon”?
...
A las 3 de la mañana
el cuerpo se me quiebra
en partes sin cálculo:
he aquí un trébol,
una manzana,
una semilla de naranjo
y polvo… tierra
Inútilmente,
intento recobrar mi forma
¿Cómo se adhiere una curva a una recta?
elucubro, así, geometrías en mi cama mientras
la noche comienza a quemarse en el alba
y ya es tarde
ya es temprano
y mi cuerpo deshecho
rehecho
sigue esquivo en su nueva forma
¿Cómo calcular las fuerzas de los vientos nocturnos
que nos sacuden la forma
y deshacen nuestras pieles,
nuestra forma incierta,
nuestra forma ‘despierta’?
He aquí una manzana,
he aquí un trébol,
he aquí una ramita de tilo.
…
Y mientras tanto, el zapping solo dibuja un continuo: Donald Trump es el protagonista de un thriller en el que se desarrolla todo lo que el público contemporáneo busca: un loco sin freno al poder, sin filtro, al frente de una potencia económica en medio de una pandemia mundial quita fondos a la OMS.
...
A las 3 de la mañana
el cuerpo se me quiebra
en partes sin cálculo:
he aquí un trébol,
una manzana,
una semilla de naranjo
y polvo… tierra
Inútilmente,
intento recobrar mi forma
¿Cómo se adhiere una curva a una recta?
elucubro, así, geometrías en mi cama mientras
la noche comienza a quemarse en el alba
y ya es tarde
ya es temprano
y mi cuerpo deshecho
rehecho
sigue esquivo en su nueva forma
¿Cómo calcular las fuerzas de los vientos nocturnos
que nos sacuden la forma
y deshacen nuestras pieles,
nuestra forma incierta,
nuestra forma ‘despierta’?
He aquí una manzana,
he aquí un trébol,
he aquí una ramita de tilo.
…
Y mientras tanto, el zapping solo dibuja un continuo: Donald Trump es el protagonista de un thriller en el que se desarrolla todo lo que el público contemporáneo busca: un loco sin freno al poder, sin filtro, al frente de una potencia económica en medio de una pandemia mundial quita fondos a la OMS.
15 de abril
Trabajo en las notas de este diario. En lo que publicaré ¿Por qué publicar estas impresiones? ¿De qué va este ejercicio narrativo? En parte se trata de la memoria como constructo ficcional abierto.
En la construcción narrativa massmediática, el otro acentuó su potencial amenaza. Antes era un posible agresor físico, ahora es un agente que vehiculiza, es el host de algo invisible. El otro transporta algo que daña. El otro también soy yo.
Pero, en los medios no hablaron de ti ni de mí, mi amor y al final quiero hacer un elogio de las caricias.
En la construcción narrativa massmediática, el otro acentuó su potencial amenaza. Antes era un posible agresor físico, ahora es un agente que vehiculiza, es el host de algo invisible. El otro transporta algo que daña. El otro también soy yo.
Pero, en los medios no hablaron de ti ni de mí, mi amor y al final quiero hacer un elogio de las caricias.
16 de abril
A falta de poder hacer algo distinto, esta mañana de genitales húmedos, el sol brilló.
¡Feliz cumpleaños!
Aún no.
¡Feliz cumpleaños!
Aún no.
A las 16 30 habré de comenzar un nuevo año sobre esta “hermosa” tierra que supimos conseguir ¡Dios! Si fuera tan simple quitarse la vida ya lo habría hecho. Sin dolor, no como aquella imagen que ya había elucubrado a los ¿7 años? Así las cosas, estoy decidido a que antes de perder el último rastro de belleza física llamaré a la muerte ¿Acaso algo vale más que la belleza?
...
Por la mañana, Tagried, desde Stuttgart, por wp ¿Por qué no tiene en cuenta las horas de diferencia!? Shit! Cuando me dijo "this is surreal' dejé de responder, me pareció cliché.
Cada vez que me acaricio la japi, suena el teléfono.
Tarde húmeda, de genitales húmedos ¡Japi baby!
Repetida sensación de invasión exterior: mensajes desde temprano: "Feliz cumpleaños" fabricación en serie y con predictivo activado. Sensación: el exterior se filtra y no puedo pararlo. Como los sonidos de los vecinos que traspasan medianeras. Stop!
Puse el teléfono en ‘no molestar’ y los sueños me envolvieron.
¡Qué hermoso es el tiempo de cuarentena! Me liberó de grandes idioteces de la vida social y las energías retornan a mí, a mis proyectos, a mi vida interior ¡Aleluya! Cuando leo que “esta situación es insoportable”, que ‘quiero saliiiiiir”, que “quiero abrazar” and so on pienso ¿Estaré jodidamente jodido? Para mí, que tengo algo de autista y disfruto de la soledad, esta situación me está permitiendo la recuperación de mis energías ¡Bendita seas cuarentena!
Desde que la salud de mi madre va en una curva ascendente hacia la estabilización, yo volví a leer, escribir, ver series, hacer Tai-Chi, a mis sesiones de terapia que ahora son telesesiones.
...
Mi cita con la muerte será hedonista. Thanatos al fin apagando a Eros como un acto de amor ¡Todo sea por la belleza! “Al fin, has ganado tu, bello Eros, eres tu quien me llama” Sin embargo, es la muerte dulce y astuta la que lleva la última palabra y desvanece lentamente a Eros como se disuelven las sombras en un lento atardecer.
Déjame
leer una última historia,
probar una última fruta,
sentir un cuerpo en mi boca,
aplacar la sed con agua y vino…
Ahora si, oh! Thanatos,
sopla fuerte antes de que me arrepienta y apaga
apaga ya!
esta vela
...
Por la noche me escribió Caro. Recordé a las mujeres de mi vida. Supe lo que quiero: Caro no; dulzura sí, pero el delirio oceánico de Euge tampoco.
Alguien que sepa reír y coger, pensar y sentir… Será Lu?
...
Mamá me llamó desde el sanatorio. Me contó que cada vez hay más restricciones para el acceso y en el piso 4 también hay pacientes con coronavirus.
Un llamado me llenó de alegría: la pequeña Renata, el Eros que se renueva sobre la Tierra.
¡Feliz cumpleaños!
Aún no.
¡Feliz cumpleaños!
Aún no.
A las 16 30 habré de comenzar un nuevo año sobre esta “hermosa” tierra que supimos conseguir ¡Dios! Si fuera tan simple quitarse la vida ya lo habría hecho. Sin dolor, no como aquella imagen que ya había elucubrado a los ¿7 años? Así las cosas, estoy decidido a que antes de perder el último rastro de belleza física llamaré a la muerte ¿Acaso algo vale más que la belleza?
...
Por la mañana, Tagried, desde Stuttgart, por wp ¿Por qué no tiene en cuenta las horas de diferencia!? Shit! Cuando me dijo "this is surreal' dejé de responder, me pareció cliché.
Cada vez que me acaricio la japi, suena el teléfono.
Tarde húmeda, de genitales húmedos ¡Japi baby!
Repetida sensación de invasión exterior: mensajes desde temprano: "Feliz cumpleaños" fabricación en serie y con predictivo activado. Sensación: el exterior se filtra y no puedo pararlo. Como los sonidos de los vecinos que traspasan medianeras. Stop!
Puse el teléfono en ‘no molestar’ y los sueños me envolvieron.
¡Qué hermoso es el tiempo de cuarentena! Me liberó de grandes idioteces de la vida social y las energías retornan a mí, a mis proyectos, a mi vida interior ¡Aleluya! Cuando leo que “esta situación es insoportable”, que ‘quiero saliiiiiir”, que “quiero abrazar” and so on pienso ¿Estaré jodidamente jodido? Para mí, que tengo algo de autista y disfruto de la soledad, esta situación me está permitiendo la recuperación de mis energías ¡Bendita seas cuarentena!
Desde que la salud de mi madre va en una curva ascendente hacia la estabilización, yo volví a leer, escribir, ver series, hacer Tai-Chi, a mis sesiones de terapia que ahora son telesesiones.
...
Mi cita con la muerte será hedonista. Thanatos al fin apagando a Eros como un acto de amor ¡Todo sea por la belleza! “Al fin, has ganado tu, bello Eros, eres tu quien me llama” Sin embargo, es la muerte dulce y astuta la que lleva la última palabra y desvanece lentamente a Eros como se disuelven las sombras en un lento atardecer.
Déjame
leer una última historia,
probar una última fruta,
sentir un cuerpo en mi boca,
aplacar la sed con agua y vino…
Ahora si, oh! Thanatos,
sopla fuerte antes de que me arrepienta y apaga
apaga ya!
esta vela
...
Por la noche me escribió Caro. Recordé a las mujeres de mi vida. Supe lo que quiero: Caro no; dulzura sí, pero el delirio oceánico de Euge tampoco.
Alguien que sepa reír y coger, pensar y sentir… Será Lu?
...
Mamá me llamó desde el sanatorio. Me contó que cada vez hay más restricciones para el acceso y en el piso 4 también hay pacientes con coronavirus.
Un llamado me llenó de alegría: la pequeña Renata, el Eros que se renueva sobre la Tierra.
17 de abril
Cansancio, siento perdida en la agudeza visual. Mi piel hace síntoma. El espejo me devuelve un rostro cansado: mis párpados están envenenados con algo de tristeza ¡Aún sigue ganado Eros! Es indomable, inagotable, incontrolable. La cita con Thanatos permanece lejana, pero el recuerdo está siempre presente: cuando la belleza este a punto de extinguirse…
Sin embargo, Thani tiende su mano sobre mi piel “Tiene que morir, tiene que caer, como tu vieja casa ¡Ya, pierde tu vieja piel!” Y ahí esta Eros aguardando brotar como el rojo límite de nuestro horizonte en cada amanecer, proponiendo un movimiento.
…
A las 14:35, a un mes y un dia de su ingreso al sanatorio, mi mamá recibió el alta médico. A las 19 30 estuvo en su casa “Tus bichos se habrán puesto contentos” le dije y respondió “Por suerte están bastante tranquilos”. Por la noche hable con mi hermana “No te atendí antes porque estábamos poniendo unas vallas para que los perritos no le salten a mamá.”
Sin embargo, Thani tiende su mano sobre mi piel “Tiene que morir, tiene que caer, como tu vieja casa ¡Ya, pierde tu vieja piel!” Y ahí esta Eros aguardando brotar como el rojo límite de nuestro horizonte en cada amanecer, proponiendo un movimiento.
…
A las 14:35, a un mes y un dia de su ingreso al sanatorio, mi mamá recibió el alta médico. A las 19 30 estuvo en su casa “Tus bichos se habrán puesto contentos” le dije y respondió “Por suerte están bastante tranquilos”. Por la noche hable con mi hermana “No te atendí antes porque estábamos poniendo unas vallas para que los perritos no le salten a mamá.”
The End